miércoles, junio 20, 2007

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sábado, junio 09, 2007

Y que se jodan los valencianos

F-1: Zapatero empieza la campaña
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GREGORIO MARTÍN*
El circo de la fórmula 1, con toda su capacidad mediática y económica, está siendo una especie de gran hermano que empieza a tener que ser democráticamente controlado y ecológicamente limitado (sirva la anécdota del dato: en una carrera de 300 kilómetros, un bólido usa unos 200 litros de carburante). Coincidiendo con la interferencia del señor Ecclestone, de la mano de Bancaja, en las elecciones de la ciudad de Valencia, este respetable ejecutivo de 76 años se ha permitido enfrentarse tanto a su propio Gobierno, el británico, exigiéndole que invirtiera en Silverstone para que fuera más rentable el circuito, como a la ciudad de Melbourne para que su carrera fuera nocturna, es decir con luz artificial (para que los europeos la pudieran ver a una hora cómoda), amenazándolos a ambos con el castigo de la no renovación de sus respectivos contratos para sus respectivos grandes premios. Con toda la amargura que la comparación supone, casi simultáneamente a la firma de Londres, con Camps como testigo, entre Ecclestone y esta empresa de Bancaja que se llama Valmor Sport (circuito urbano de fórmula 1 en Valencia a partir del año 2008), la ciudad de Melbourne ha mandado a tomar viento al citado señor y el Gobierno de Blair se ha limitado a ignorarlo de esta forma que sólo los británicos saben hacer. Aunque el lector seguramente lo conozca, merece la pena enseñar la excelente infografía que Levante-EMV publicó el pasado día 11 de mayo, con el circuito que se está diseñando en Valencia, y que afortunadamente ya se ha decidido que no va a acercarse en absoluto ni a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, ni siquiera a las vías de lo que es actual arco mediterráneo. Tres consecuencias se sacan del dibujo: a) El circuito rodea una zona recién comprada por Bancaja y que está a la espera de su correspondiente PAI. b) Rodea sin atravesar todos los terrenos que eran de la antigua estación de Grao, y sobre los cuales Estado y ciudad deben tomar decisiones, en una coyuntura con cierto parecido a la que hemos vivido con el Parque Central. c) El circuito transcurre en muy buena parte en la dársena del puerto de Valencia, cuya titularidad corresponde al Estado, no al ayuntamiento, como hace escasos días ha quedado diáfanamente plasmado. En pocas palabras, si el Estado (a través del Gobierno de Zapatero) no aporta sus terrenos, no habrá circuito, por mucho que Camps aparezca en la foto de Londres, y además el mapa ayuda a explicar el entusiasmo que Bancaja muestra, aportando su apoyo financiero (ahorros de todos los valencianos) al proyecto. Si los últimos días de las autonómicas y municipales vinieron marcadas por el circuito, las generales pueden empezar la campaña con una decisión inequívoca del Gobierno de Zapatero sobre él. En la modesta opinión de quien piensa que un circuito como éste es una decisión más que dudosa en términos urbanísticos y medioambientales, y que merece una meditación más profunda, que no puede depender de las urgencias vitales de una organización presidida por una persona de 76 años, uno cree que el señor Zapatero tiene una decisión tan clara a tomar como la que le llevo a decir que había que salir del Iraq.
* Catedrático de Robótica. Universitat de València.

Y que se jodan los valencianos

lunes, junio 04, 2007

ZPlana, Camps y otras cosas de mentir...

Esto no ha hecho mas que empezar.